Si hay algo que une a los chilenos (además del amor por el pan y la cueca improvisada cuando suena una guitarra)es el completo. Ese pancito alargado que parece gringo, pero que en realidad es más chileno que la micro amarilla. ¿Pero de dónde salió esta delicia con palta, mayo y salchicha? Aquí te contamos la historia completa del completo.
Todo parte en Estados Unidos, a principios del siglo XX, cuando los hot dogs empezaron a ganar popularidad. Nuestro protagonista viajó por allá y, como buen chileno, volvió con la idea de ponerle su propio toque. Así, en 1920, Eduardo Bahamondes abrió el restaurante Quick Lunch Bahamondes en el centro de Santiago.
¿Y qué ofrecía? ¡Hot dogs al estilo yanqui! Pero el chileno es exigente y no se conforma con solo mostaza y kétchup. Por eso, don Eduardo empezó a experimentar con ingredientes más locales y sabrosos: palta, tomate y esa mayonesa casera que no perdona colesterol. Así nació lo que hoy llamamos completo italiano (por los colores de la bandera de Italia).
Porque el completo es como nosotros: adaptable, sabroso, desordenado a veces, pero siempre reconfortante. Nos acompaña en cumpleaños, trasnoches, penas de amor, partidos de la Roja y días de lluvia con hambre feroz.